¿Quién puede imaginar que tras esa apariencia firme y oscura, se esconde un ser tan sensible?, preocupada hasta el cansancio de hacer bien las cosas, dispuesta siempre a levantar el velo... Inflexible y dura ante la injusticia, fuerte y tolerante frente a la verdad.
Hablabas desenvuelta, con fuertes gesticulaciones, enfatizando el planteamiento de un asunto, con tus ojos achinados sonreías picarona, tenías a tu interlocutor parvo.
Y mientras tanto, la sala se iba llenando y la gente, impaciente, sus relojes mirando... No te hablé, una vez la toga puesta se impuso la distancia, otra vez será, mejor antes de las fiestas, ¿no?, ¡señoría!
Baldo (18.12.2007 22:48)